Don't Make War, Make Love!

Don’t Make War, Make Love!

Debería entrar en una guerra de precios con mi competencia?

Me ayuda a resolver un problema urgente o importante?

Me permite crecer durante la batalla?

Puedo llegar a ganarla?

En tiempos de crisis como el actual quien más y quien menos se ha planteado estas preguntas.

En un momento dado la competencia rebaja sus precios (en teoría de forma puntual) y la tentación es grande ya que el riesgo a dejar de vender es una espada de Damocles que pende de un hilo por encima de la cabeza de todos los empresarios.

Yo ni sé de economía ni de mercados… pero tengo mi empresa y me he planteado esas preguntas, posiblemente igual que tú.

La imagen de la derecha la he «cazado» hoy antes de subir al despacho y creo que muestra de forma clara lo que ocurre cuando entras en una guerra de precios pura y dura.

Puede que sea diferente cuando uno de los actores es una empresa enorme de distribución que puede aguantar ese jaque hasta arruinar a la pequeña competencia de su barrio, pero lo habitual es que esta guerra dure hasta que los dos contendientes se arruinen cuando aparecezca un tercero que, obligado por la circunstancia que ellos mismos han creado, se verá forzado a lanzar una oferta aún más económica.

Dicho de otra forma: pan para hoy y hambre para mañana.

Y es que en la guerra de precios no hay victoria.

Intentar solucionar así un problema urgente de circulante no es la solución. Temporalmente tendremos más ventas pero no nos ayudarán en nuestro plan estratégico para mejorar y crecer, ya que las ventas serán de menor cuantía y los servicios accesorios donde suele haber un mayor beneficio serán mínimos.

El cliente «outlet», «todo-a-cien» o «cazador de chollos» no es un cliente fiel… o mejor dicho, es fiel a su filosofía de compra («sólo te compro si eres el más barato») por lo que se interesa sólo por tu producto en oferta y busca constantemente proveedores más económicos.

Aquellos que consigan dotar a sus productos y servicios de componentes extras que les dén valor añadido frente a los de su competencia, conseguirán ganar la verdadera batalla: la de una cartera de clientes fieles que prefieren su marca frente a las ofertas que reciben.

Ejemplos?

Si me regalas un ordenador con Windows lo pondré a la venta en Ebay y si hace falta pondré dinero de mi bolsillo para comprar un Apple… aunque sea de segunda mano (algo que ya he hecho en el pasado!).

De la misma manera, un «jarlista» rechazará imitaciones asiáticas hasta conseguir el sueño de comprarse una Harley Davidson.

Nespresso vende el kilo de café unas 10 veces más caro que el café molido de marca blanca… y tienen gente haciendo cola en sus tiendas para comprar.

En Domino Internet hemos definido desde este prisma nuestra estrategia actual. No competimos con las compañías de hosting barato que ofrecen su servicio de atención al cliente desde países «exóticos».

Ese no es el trabajo que queremos hacer.

Nosotros queremos estar al lado de nuestro cliente, ayudándole a desarrollar el proyecto de internet que pueda devolverle el mayor retorno de su inversión.

Ambush Marketing

Del inglés «marketing de emboscada», se trata de la publicidad realizada abusando del esfuerzo que otros hacen.

No es novedoso, de hecho hay ejemplos muy famosos y algunos incluso simpáticos por lo que tuvieron de ingeniosos.

En este caso, por si el pobre «manitas» del anuncio no tuviera suficiente,  encima su competidor se aprovecha del esfuerzo que hizo imprimiendo su publicidad y colocándola por la ciudad.